Historia

La historia de nuestro horno y el desarrollo de su actividad por nuestra familia se puede datar de 140 años. Años dedicados con pasión al bello oficio de la la panadería y la pastelería; elaborando, desarrollando y ofreciendo de forma ininterrumpida la variada oferta gastronómica de nuestra tierra a sus gentes.

En 1876, Miguel Ricart Esteve, hornero de profesión, a sus 36 años compró la casa-horno del centro del pueblo de Bétera (lindante a la casa abadía-Parroquia de la Purísima Concepción).
Existe un documento escrito de relevante valor histórico, en el que consta el pago del Luísmo, derecho que tenía el señor feudal (Marqués de Dos Aguas) al pago en cada una de las transacciones que se realizaban en la población (compra-venta de negocios, viviendas…). Se formalizó tal compra en 1890, como indican las escrituras.

Varios de los ocho hijos de Miguel aprendieron la profesión de su padre y fue uno de los varones, Miguel Ricart Broseta, nacido en 1871, quien finalmente se haría cargo del horno con su mujer Amparo Doménech Aloy (Amparito).

El hijo benjamín de Miguel, llamado José Ricart Doménech fue el pequeño de seis hermanos (cuatro mujeres y dos hombres) y el primero de los varones que formó familia. La profesión no la pudo aprender de su padre, por su fallecimiento cuando era muy niño; la fue aprendiendo junto a sus hermanos, Micalet, Amparito, Consuelo y Trini (Visantica se dedicó a la docencia como maestra en Valencia) de manos de su madre y tíos con la gran ayuda de vecinas y amigas. Fue finalmente él quien la heredó. Hasta que esto fue así, no vivían en el horno, sí en cambio sus hermanas (en la vivienda superior), hasta que finalmente se hizo cargo del mismo y su familia se desplazó a unas habitaciones en la parte superior del antiguo horno moruno, a las que se accedía desde la escalera central de la casa, por el obrador.

José Ricart se casó con Carmen Bonastre, haciéndose cargo ambos del horno. Ambos tuvieron tres hijos, dos varones y una mujer, José Miguel, Ramón y MªCarmen, los que aprendieron la profesión desde bien pequeños y finalmente heredó el horno de nuevo el benjamín de los hijos varones, Ramón Ricart Bonastre.

Ramón y Ana, actuales propietarios, aprendiendo de las manos de los abuelos José y Carmen, continuaron con la tradición familiar preservando el carácter del mismo, los métodos, las recetas…. y formándose en el sector panadero y pastelero, para seguir ofreciendo a sus clientes la calidad y el servicio de siempre.

Con ellos fueron incorporándose y formándose como profesionales muchos de nuestros familiares y amigos:

  • Panadería: Juanma, Víctor, Carlos, Carlos “Puro”…
  • Pastelería-repostería y venta al público:  MªAngeles, Amparo, Susana…
  • Servicios: Leonor, Paula, Rocío…

que junto a la incondicional ayuda de otros familiares y amigos (MªCarmen, la abuela Victoria, Charo, Laura, Manolo, Paco, Manolo L., Raúl, José Manuel, Juan Carlos, Daniel…), han contribuido junto a la ayuda de sus hijos, MªAngeles y J.Ramón a abrir las puertas cada día, ofreciendo a nuestra gente lo mejor que sabemos hacer.

¡¡¡GRACIAS A CADA UNO DE VOSOTROS!!!